viernes, 20 de febrero de 2009

Y a esas cosas

Y a esas cosas nos agarramos, que son mínimas expresiones de nuestro estar vivos. Y parecen poéticas, pero no deseo que así sean. Son normales. Las de siempre. Uno se detiene, las contempla y saca un jugo que sólo él es capaz, pues es personal, suyo. Y no son poéticas, son de cada día.

Por suerte, en mi trabajo, atravieso al lado de una camelia. está a punto de romper sus flores, rojas serán, si no falla. Y las veo cada mañana, en una penumbra sin sol. Y digo, son mías, aunque no lo son. Me pertenecen, pues las veo cada día.

Me agradan estos segundos que comprueban cómo la vida sigue.

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