lunes, 3 de noviembre de 2008

¿Perkeo?

En 1914, a comienzos de Navidad, viajó a Londres para asistir a una reunión de la T.C.B.S. La familia de Christopher Wiseman se había trasladado al sur, y los cuatro miembros del 'club' se reunieron en su casa de Wandsworth: Tolkien, Wiseman, R.Q.Gilson y G.B.Smith. Pasaron la mayor parte del fin de semana sentados alrededor de la estufa de gas del pequeño salón del piso superior, fumando sus pipas y conversando. Como decía Wiseman, se sentían "de tamaño intelectual cuatro veces más grande" cuando estaban juntos.

Es curioso que ese pequño grupo de amigos de la escuela continuara reuniéndose y escribiéndose. Comenzaban a pensar que juntos podrían conseguir algo valioso. En una oportunidad Tolkien comparó su asociación con la hermandad prerrafaelista, pero los demás se burlaron de la idea. Sin embargo, sentían que de alguna manera estaban destinados a encender una nueva luz. Tal vez no fuera más que la última chispa de ambición juvenil antes de que la experiencia del mundo la extinguiera, pero, al menos para Tolkien, tuvo consecuencias importantes y prácticas. Decidió que era un poeta.

Más tarde explicó que ese encuentro de la T.C.B.S. celebrado a fines de 1914, le había ayudado a descubrir "una voz para toda clase de cosas ocultas", agregando: "Siempre he atribuido esto a la fuerza de inspiración que sentíamos los cuatro luego de pasar unas pocas horas juntos".

J.R.R. Tolkien: una biografía; Humphrey Carpenter, Ed. Minotauro, 1990. Trad. de Carlos Peralta.

2 comentarios:

Luis Arenal dijo...

Daniel Grotta, en su biografía de Tolkien, escribe lo siguiente sobre el "ritual" de los Inklings:
La ceremonia de apertura se centraba en torno a Lewis, fuente original de los Inklings, y apenas varió en una sola palabra durante años. El hermano de Lewis, W. H. (Warnie) la describía así: “Cuando ya había llegado, poco más o menos, una media docena de ellos, se sacaba el té, y luego, una vez encendidas las pipas, Jack (C. S. Lewis) decía: ‘Bueno, ¿nadie tiene nada que leernos?”. (Daniel Grotta, Tolkien, Planeta, Barcelona 1978, p. 120).

Y por esa senda bien marcada van, o querrían ir, claro está, esos "Foros de actualización cultural" de los martes o esos "Talleres de escritura" de los jueves.

L.M. Ortiz dijo...

Vaya grupo. Como envidio la situacion que supondria estar sentado con esos cuatro escritores, con mi pipa y mi té, escuchandoles leer sus obras maestras.