viernes, 31 de octubre de 2008

¿Los héroes?

Al hilo de Julio, se me ocurría que nunca me encontré cómodo con la "paideia" homérica (no me gusta llamarla "moral" homérica, porque la palabra tiene connotaciones inexistentes en el pensamiento de la época). Aquiles siempre me cayó gordo: egoísta, vanidoso, con pataletas más propias de un niño que juega a las batallitas con su hermana pequeña que de un guerrero como luego en el campo de batalla demuestra que es (porque, eso sí, a la hora de empuñar las armas no hay nadie como él). Agamenón es otro que más de lo mismo pero, encima, sin llegar a ser un Aquiles luchando -aunque tampoco es manco-. Menelao siempre me pareció un estúpido que se deja birlar la mujer y, encima, tiene que acudir a su hermanito mayor para que le resuelva los problemas. El Ulises de la Ilíada (diferente del de la Odisea) está retratado como un ser no ya ingenioso, sino ladino y marrullero, al que yo nunca daría la espalda. De Paris prefiero ni hablar.

Ante este panorama, siempre me había parecido que Héctor era el héroe con el que más me identificaba (guerrero feroz al que los griegos temen y, a la vez, tierno padre de familia). Pero poco a poco me fui percatando de algo que no había querido ver a fondo: lo humillante e ignominioso, casi diría que ridículo y burlesco, de su muerte. Cómo se pone a los pies de Aquiles y le implora con lágrimas. Esa manera de morir no era digna de alguien con quien yo me pudiese identificar.

Al final uno piensa: ¿qué era lo que Homero pretendía con este panorama, este fresco de extravagantes personalidades? ¿Hablaba de los héroes como modelos? ¿O estaba siendo Homero irónico al respecto? Si se lee la Ilíada, creo que se puede ver lo que podríamos llamar de algún modo un "manifiesto pacifista" o "antibélico". El poema está lleno de crueldades, violencia explícita, odios inmemoriales y atávicos, penurias de los guerreros y -en los flashbacks- de las familias de los guerreros. Si se ha interpretado eso, ¿por qué no podría interpretarse que la Ilíada es una ironía máxima en la que no se pretende sino criticar a esos supuestos héroes? ¿Tan descabellado sería pensarlo?

Ahí dejo eso...

2 comentarios:

Julio César Romano dijo...

Sorprendente tu interpretación. Para mí siempre ha sido difícil pensar cuáles son las intenciones de un autor, más cuando no tenemso una entevista suya en un semanario cultural de los domingos. A nuestros ojos de esta época, por supuesto que no son héroes. ¿Cómo juzgarán a los nuestros? Incluso deberíamos saber primero cuáles son. ¿Quién me da nombres?

Franciscus Alonsus dijo...

Claro que es difícil, Julio, tratar de dar una interpretación a las intenciones de un autor. Pero toda obra literaria es como un caminito de migas: el escritor deja esas miguitas esperando que puedan seguirlas... Pero teniendo en cuenta esas migas no todos tenemos por qué seguir el mismo camino, sino que la colocación puede dar lugar a pensar que existen varios caminos. Y, de hecho, es muy posible que existan, aunque el escritor muchas veces ni se percata de eso.

Decir que la intención de Homero era una (como yo he dicho) es arriesgado (y eso suponiendo que Homero sea uno, que exista, que se llame Homero y todo ese rollo). Pero es que seguro que Homero tenía muchas intenciones.